Tuesday, May 23, 2006

Uy, qué mal queda eso

Marcial Maciel, el sacerdote michoacano nacido en 1920 y fundador de la organización cívico-religiosa Legionarios de Cristo, ha resultado ser pedófilo de larga duración. Este hábito está muy mal visto, cuando se hace público, así que el Papa muy cuerdamente ha decidido enviar a las catacumbas al infractor. No está mal la reacción del Sumo Pontífice aunque la institución que representa podría haber sido un pelín más expeditiva. Las denuncias se hicieron en 1997. El periodista afin John L. Allen Jr. , connotado corresponsal en el Vaticano del National Catholic Reporter, ha hecho un seguimiento pormenorizado a la trayectoria de Maciel desde que en la década de los cincuenta fue denunciado por robo y consumo de drogas y enviado al exilio en España. Muy mala imagen para una institución que, entre otras cosas, se dedica a la industria educativa. Atención, padres del mundo. Enseñar, educar y formar no debería incluir la iniciación en el padecimiento de abusos sexuales a temprana edad.

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